Marco Teórico



1.   ¿Qué son las habilidades motrices?

Habilidad motriz, según Albert Batalla Flores “Habilidades motrices,  es la competencia de un sujeto frente a un objetivo dado, aceptando que, para la consecución de ese objetivo, la generación de respuestas motoras, el movimiento, desempeña un papel primordial e insubstituible. 

Ejecutamos habilidades motrices en nuestra vida cotidiana, en situaciones domésticas (hacer la cama o barrer el suelo), laborales o profesionales (un sastre confeccionando una pieza de ropa o un operario manipulando una máquina) o de ocio (partido de fútbol con nuestras amistades o una carrera continua por el parque). 

Hay tres grandes tipos de habilidades motrices: las habituales, aquellas que utilizaríamos en nuestro quehacer diario, las profesionales, corresponden a nuestro ámbito laboral y las de ocio

Dentro de las habilidades motrices de ocio, encontramos las habilidades deportivas que son las que más presencia tienen en nuestra realidad social. Pero, no todas las habilidades motrices que utilizamos en nuestro tiempo libre pueden catalogarse como deportivas. Por ejemplo, en una pista de discoteca donde se realizarían acciones motrices pero no pertenecerían a habilidades deportivas. Sin embargo, la mayoría de acciones no habituales o profesionales se encuadran en las habilidades deportivas: la carrera de una velocista, el pase en baloncesto, los giros que efectúa una gimnasta, el golpeo de un tenista, etc. 

El deporte se sustenta en la ejecución de habilidades motrices. 

2.   Evolución de las habilidades motrices con la edad. 

El desarrollo motor humano parte de las conductas motoras innatas (nacemos con una serie de movimientos y actos reflejos “inscritos” en nuestros genes) generalizadas (comunes a la mayoría de individuos), poco especializadas y rudimentarias para generar conductas motoras aprendidas, cada vez más complejas, especializadas y propias de cada entorno físico-social-cultural.

3.   Las habilidades motrices básicas y las habilidades motrices específicas.

Las habilidades motrices básicas son aquellas familias de habilidades amplias, generales, comunes a muchos individuos y que sirven de fundamento para el aprendizaje posterior de nuevas habilidades más complejas, especializadas y propias de un entorno cultural concreto. 

Estas habilidades constituyen “el vocabulario básico” de nuestra motricidad.  Por ejemplo, todos los niños sanos saben correr, han aprendido la habilidad motriz de la carrera. Es un aprendizaje generalizado y amplio que puede servir de base para aprender nuevas formas de carrera más complejas y elaboradas, propias de situaciones muchísimo más específicas. 

El dominio de las habilidades motrices básicas facilita el aprendizaje de las habilidades específicas.

·         Clasificación de las habilidades motrices básicas: 

Encontramos cuatro grandes familias: 

§  Los desplazamientos: 

Se trata de aquellas habilidades cuya función es la traslación del sujeto de un punto a otro del espacio. Podemos distinguir los desplazamientos habituales (marcha y carrera) de los desplazamientos no habituales (cuadrupedias, reptaciones, trepas, deslizamientos, transportes). 

§  Saltos: 

Se trata de la acción de levantarse del suelo gracias al impulso que realizamos.
Podemos encontrar diferentes tipos de saltos: saltos de distancia, saltos con finalidad estética y saltos con manipulación de objetos. 

§  Los giros: 

Habilidades que suponen un movimiento completo de rotación del cuerpo alrededor de uno de sus tres ejes imaginarios principales (eje vertical, eje horizontal y eje anteroposterior).

    §  El manejo y control de objetos:

Podemos distinguir las habilidades que se ejecutan con las manos, con la cabeza, con los pies o mediante el uso de objetos. 

Las habilidades que se ejecutan con las manos pueden adaptarse al objeto. En cambio, las habilidades que se ejecutan con la cabeza, los pies u otros objetos no se adaptan al objeto.
El manejo y control de objetos con las manos permiten realizar lanzamientos, bote y recepciones. Mientras que el manejo y control de objetos con los pies, cabeza u otros objetos permiten realizar golpeos, paradas y conducciones. 

Por manejo de móviles entendemos aquellas acciones que se basan fundamentalmente en el contacto de un móvil u objeto, es decir, son habilidades motrices básicas de dominio y control de móviles y estas pueden llevarse a cabo a partir de movimientos propulsores como son los lanzamientos, movimientos de absorción como son las recepciones y movimientos  propulsores junto con movimientos de absorción como son los botes.

Características principales:
En cuando a las características, definiremos y explicaremos las habilidades motrices nombradas anteriormente, lanzamientos, recepciones y botes.

Definiremos lanzamiento, como la acción de desprenderse de un objeto (en nuestro caso un móvil) mediante un movimiento vigoroso de uno o ambos brazos  (Batalla, 2000).

Desde el punto de vista del desarrollo motor, algunos autores como Cratty (1970) y Wickstrom (1983) opinan que es muy importante trabajar y educar las habilidades motrices desde la educación primaria. Por otra parte, desde el punto de vista estructural, un lanzamiento puede ser ejecutado mediante un movimiento bilateral, simétrico o asimétrico unilateral. Un movimiento bilateral sería un lanzamiento ejecutado con ambas manos, y simétrico porque las dos hacen el mismo movimiento en un mismo tiempo. Un movimiento unilateral sería el realizado con una sola mano y asimétrico sería porque las dos manos no realizan el mismo movimiento.

El lanzamiento más común que encontramos es el unilateral, es decir, con una sola mano. Sobre este lanzamiento debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

-    Una vez se decide realizar el lanzamiento con un brazo, raramente lanzará con el contrario.

-          Se produce un desarrollo de la dominancia lateral al especializase en un lado.

-          Es un factor que influye en la lateralidad del niño.

En segundo lugar pasaremos a hablar de la recepción. Estas necesitan que haya un lanzador e implican la acción de parar un móvil, controlarlo sin que nadie te lo quite o simplemente despejarlo. Según Batalla (2000) definiremos recepción como la acción de intercambiar y/o controlar un móvil en desplazamiento por el espacio.

Si nos basamos en el punto de vista funcional, la recepción de móviles hace referencia a un entorno cercano, ya que posteriormente lo lanzaremos o haremos el uso que requiera la situación. Desde el punto de vista estructural diremos que podemos distinguir dos tipos de recepciones; cuando el objeto está en movimiento o cuando se encuentra parado. Cuando el objeto esté en movimiento podremos realizar paradas (cuando el objeto se queda retenido en nuestras manos), controles (no llegamos a pararlo pero podemos hacer uso de el en la acción siguiente) y despejes (desvían la trayectoria del móvil).

Y para finalizar hablaremos del bote. Este podemos definirlo como una sucesión controlada de lanzamientos del balón hacia el suelo para, aprovechando su efecto elástico, volverlo a recibir (Batalla, 2000). También cabe destacar que hay otros autores, como por ejemplo Trigueros & Rivera, que consideran el bote como una habilidad específica de una tarea. 

Si nos basamos en el punto de vista estructural diremos que el bote es una sucesión de lanzamientos y recepciones, y al igual que los lanzamientos, el bote también se puede realizar con una sola mano o con las dos. En segundo lugar, si nos basamos en el punto de vista funcional haremos referencia al trabajo previo de lanzamientos y recepciones, donde la acción correcta necesite de factores perceptivo-motrices, como el dominio corporal, esquemas rítmicos en la acción de botar, el ajuste del cuerpo al móvil y al espacio y la información que se recibe del campo visual.

Las habilidades motrices específicas  son  aquellas habilidades propias del deporte, las técnicas de expresión, las danzas, el mundo laboral, etc. Se utiliza una ejecución especializada y aplicada. Por ejemplo: carrera de velocidad, carrera de fondo, triple salto, lanzamiento de jabalina y el  lanzamiento de peso. Estas serian algunas de las habilidades motrices específicas.

4.   ¿Cómo se enseñan las habilidades motrices? 

En primer lugar, para aprender una habilidad motriz es necesario querer aprender y sentirse capaz de hacerlo. 

En segundo lugar, saber a quién se enseña, conocer el nivel inicial del alumnado, graduar la dificultad de las actividades y diversificar las condiciones de práctica, permitiendo que cada individuo se ejercite en aquel nivel que le es más conveniente, y evaluar, de forma constante el proceso de aprendizaje para poder efectuar las adaptaciones necesarias.

La demostración, importante para enseñar a un alumno, puesto que mediante ella el alumno observa y ejecuta la acción tal como la ve. En cuanto a ella, es recomendable hacer la acción correctamente, sin errores puesto que el alumno puede equivocarse. 

Y por último, cuánto, cuándo y cómo practicar la habilidad motriz. La práctica, es uno de los pilares más importantes del proceso de enseñanza-aprendizaje. Respecto a cuánto y cuándo practicar es importante, ya que se debe tener en cuenta  la edad de los sujetos, la complejidad de las tareas y el nivel de los aprendices. 

Nosotras nos preguntamos, ¿todas las habilidades se enseñan igual? 

Podemos diferenciar dos grandes tipos de habilidades motrices según las más características del entorno donde se ejecutan: 

·         Las habilidades motrices abiertas: 

Tienen lugar en entornos cambiantes, inestables y poco previsibles.
Dado este carácter inestable y cambiante del entorno, es fundamental proponer situaciones de práctica en las que se desarrollen los mecanismos perceptivos y decisional.
Dada la gran variedad de formas de ejecución de este tipo de habilidades, las situaciones de práctica favorecerán la variabilidad.
Es muy importante potenciar las situaciones de práctica similares a las condiciones reales de aplicación de la habilidad.

·         Las habilidades motrices cerradas: 

Se ejecutan en entornos estables y conocidos.
Hay que favorecer la repetición de los aspectos clave, sin que con esto queramos decir que se debe suprimir la variedad de la práctica.
Plantear el proceso de enseñanza y aprendizaje de tal forma que sea motivante para los aprendices.


5.   Evaluación de las habilidades y destrezas motrices básicas:

Según Jordi Díaz Luces, en el libro La enseñanza y aprendizaje de las habilidades y destrezas motrices básicas, para evaluar las habilidades y destrezas motrices básicas se pueden utilizar diferentes procedimientos, en función de las características o aspectos que queramos valorar y del objetivo final que se persiga. Los dos modelos tradicionales más importantes para la evaluación de las habilidades y destrezas motrices son la observación del comportamiento motriz y el deporte educativo.

El primer modelo nace a partir de la corriente psicomotriz, intenta alejarse de los modelos basados en la medición de las capacidades corporales e incorporar elementos de tipo cualitativo en el proceso evaluador. Aparecen diferentes instrumentos para llevar a cabo la evaluación de las habilidades motrices basadas en aislar rasgos o elementos concretos de la conducta motriz humana y establecer niveles de desarrollo y aprendizaje. En la actualidad, estos modelos están desfasados porque no conciben a la persona en su globalidad y porque centran su atención en el resultado del aprendizaje y no en el proceso de la adquisición de las habilidades motrices.

El segundo modelo inspirado en el deporte educativo también se han centrado en el aislamiento de las conductas y habilidades motrices intentando medir la eficacia del aprendizaje a partir del resultado de la acción motriz. Al igual que el modelo anterior aunque algunos profesionales aún lo utilicen, este modelo también esta agotado por las razones expuestas anteriormente.

La propuesta para la evaluación de las habilidades motrices básicas es que debe tener una función de regulación de los aprendizajes. La evaluación es un elemento más del proceso de enseñanza-aprendizaje y debemos utilizarla para tomar las decisiones necesarias que nos permitan conducir con seguridad el proceso para asegurar llegar al final con éxito.

Una evaluación reguladora comporta dos principios: asegurar que las características de los alumnos responden a las exigencias del sistema y garantizar que los medios de formación se corresponden con las características de los alumnos.

La evaluación orientada a la toma de decisiones corresponde a un modelo cualitativo y comprensivo, se inspira en una perspectiva socio-crítica y se fundamenta en los principios de una evaluación formativa. Esta evaluación tiene presente los diferentes momentos de evaluación (inicial, formativa y sumativa), la evaluación tanto de los alumnos como del proceso y del profesor.

 OBJETO DE LA EVALUACIÓN

Tradicionalmente la evaluación se centraba en el alumno y en el resultado final. Actualmente el objeto de la evaluación es el alumno, el proceso y el profesor.

         La evaluación del alumno se basa en la constatación de la progresiva adquisición de los conocimientos teóricos y prácticos.

         La evaluación del proceso se realizará a partir del análisis y la reflexión crítica de los elementos que intervienen y de los intercambios que se producen en el propio proceso, para ver cuáles son o han sido los resultados y utilizarlos como referencias para constatar si se han logrado.

         Por último, la evaluación del profesor es necesario para mejorar la acción didáctica.

FINALIDADES DE LA EVALUACIÓN DE LA MOTRICIDAD EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

Las finalidades de la evaluación son diferentes en función del objeto a evaluar, del momento en que se realiza y el área específica de conocimiento desde donde se plantea.

La finalidad de la evaluación tenemos que entenderla como una ayuda en el proceso de enseñanza-aprendizaje, teniendo finalidades específicas para cada uno de los elementos que intervienen en el proceso. Para el alumno tiene una finalidad informativa y orientadora, le proporcionara la información del nivel en el que se encuentra, de su rendimiento... Las finalidades de la evaluación para el profesor son conocer el ritmo de aprendizaje de sus alumnos, diagnosticar su nivel, motivarlos en  el proceso de aprendizaje y poder asignar calificaciones.  La finalidad del proceso educativo es poder generar las decisiones que proporcionen los instrumentos de orientación, refuerzo y recuperación necesarios para lograr las intenciones educativas en todos los alumnos y alumnas.


CARACTERISTICAS DE LA EVALUACIÓN CONSTRUCTIVISTA

Blázquez destaca que las principales características que definen el modelo de evaluación orientado a la toma de decisiones basándose en planteamientos constructivistas e integradores son:

         La evaluación no es externa al proceso educativo: el proceso educativo y la evaluación siguen un único camino, a la vez que interactúan y se complementan.

         Está incardinada en el programa: no se produce al final del proceso sino que intenta regular el aprendizaje a partir del programa y de las capacidades.

         Procura la significatividad del aprendizaje: tienen en cuenta el nivel inicial de los alumnos y permite avanzar en los nuevos contenidos.

         No es sancionadora: la evaluación no se debe entender como una sanción por un deficiente proceso de aprendizaje, sino como una ayuda para poder progresar.

         Informa previamente: es necesario comunicar los objetivos de la asignatura y los que se espera de él.

         Verifica el proceso: hay tres momentos claves de la evaluación: al inicio, durante y al final del proceso.

COMPONENTES PARA LA REGULACIÓN DEL APRENDIZAJE

Una evaluación constructivista e integradora debe tener presente los componentes que regulan cualquier proceso de aprendizaje de los alumnos. Jorba (1996) destaca estos componentes para la regulación del aprendizaje:

         Evaluación inicial: aprendizaje previo, las ideas previas, sus intereses y perspectivas.
         Comunicación y representación de los objetivos: comunicarle al alumno lo que se espera de él.
         Construcción del nuevo conocimiento: se producen los procesos internos de aprendizaje. Ocurre después de las interacciones docente-discentes.
         Aprendizaje de los procesos de autorregulación: estrategias individuales que posibilitan la regulación del aprendizaje. Constituye el aprender a aprender.
         Regulación de los mecanismos de compensación: consiste en establecer los ajustes necesarios para facilitar la progresión del alumno.
         Estructuración del conocimiento: en este punto podemos considerar que se ha producido el aprendizaje pero necesita una última fase para consolidar el aprendizaje.
         Aplicación del conocimiento: se consolida el aprendizaje cuando se puede aplicar en contextos y circunstancias diferentes.

MOMENTOS DE LA EVALUACIÓN

En el proceso de enseñanza-aprendizaje se debe diferenciar  una serie de momentos claves que orientan la evaluación formativa a la vez que constituyen los mecanismos que permiten la regulación de ese proceso. La evaluación inicial, formativa y sumativa forman los tres momentos claves.

La evaluación inicial es el punto de partida y se realiza al principio de un proceso de enseñanza y aprendizaje. La evaluación formativa está formada por todas las comprobaciones que se realizan a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje con la finalidad de conducir con éxito ese proceso. El último momento es la evaluación sumativa que se realiza al final del proceso de enseñanza-aprendizaje y tiene como finalidad comprobar si se ha conseguido los objetivos propuestos al inicio.


INSTRUMENTOS PARA LA EVALUACIÓN DE LAS HABILIDADES Y DESTREZAS MOTRICES BÁSICAS

Los instrumentos de observación que parecen ser los más aconsejables para la evaluación de habilidades y destrezas motrices básicas son los siguientes:

         Registre anecdótico

Anotación y descripción de los hechos o comportamientos que de manera destacada y no esperada aparecen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El profesor toma nota de los comportamientos que han aparecido durante la sesión y que son objeto de atención y de consideración en las decisiones del profesor.

         Lista de control

Se trata de anotar al lado de las frases la presencia o ausencia  de la conducta o comportamiento que se cita. Se trata de anotar sí o no en las frases de la lista de control. Si queremos ser más específico podemos anotar  ''a veces'', '' en alguna ocasión''... en lugar de sí o no. Un ejemplo de lista de control para la evaluación de habilidades y destrezas motrices básicas podría ser el siguiente.

CONDUCTA QUE HAY QUE OBSERVAR
NO
Adapta los desplazamientos a las diferentes velocidades propuestas.


Realiza correctamente los cambios de sentido en los desplazamientos.


Sabe combinar los distintos ritmos de pasos y apoyos de las actividades propuestas.


Reconoce y sabe realizar con los desplazamientos diferentes tipos de trayectorias.



         Escalas de clasificación

Pretende clasificar los comportamientos motrices de una habilidad, actividad o tarea realizada por los alumnos en un nivel determinado de una escala que puede tener varios niveles, siempre tiene los extremos definidos. El primero corresponde a la no existencia del comportamiento o a una realización pésima del mismo y el otro extremo, corresponde a la mejor realización del comportamiento. Hay diferentes tipos de escalas:

        La escala de clasificación ordinal o cualitativa, los niveles no guardan siempre las mismas proporciones y no poseen nivel mínimo ni máximo. Un ejemplo de este tipo de escala es la que sale a continuación



CONDUCTAS QUE HAY QUE OBSERVAR
1
2
3
4
5
Realiza los lanzamientos verticales con la pelota.





Se desplaza a la vez que realiza acciones diversas con la pelota.





Precisión en los lanzamientos realizados con la pelota.





Alcance de los lanzamientos con la pelota.






1 = Mal
2 = Regular
3 = Bien
4 = Muy bien
5 = Excelente


        La escala de clasificación numérica los extremos están definidos por un 0 y un 10.

CONDUCTAS QUE HAY QUE OBSERVAR
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Asiste y participa a clase con regularidad y puntualidad.










Nivel de creatividad en las acciones motrices.










Aceptación de sus posibilidades motrices.











        Las escalas de clasificación  utilizan un gráfico para situar y señalar el grado de comportamiento observado o nivel alcanzado por los alumnos.

La siguiente tabla además de ser una escala gráfica es también un instrumento de autoevaluación

¿Conozco las diferentes trayectorias en que puedo moverme?
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
¿Conozco diferentes maneras de desplazarme?
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
¿Sigo los diferentes ritmos y velocidades de desplazamientos en las actividades realizadas?
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
¿Se desplazarme imitando animales?
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10


6.   Canciones motrices y cuentos motores.

Como dice Jose Luis Conde Caveda, Carmen Martín Moreno y Virginia Viciana Garófano en  el libro Las canciones motrices (1999), las canciones motrices son recursos educativos en Educación Física ya que promueven el desarrollo de las habilidades perceptivo-motrices. Son las más estrechamente vinculadas con un parámetro importante: el ritmo, nexo de unión entre cuerpo y movimiento. Por ello, son especialmente útiles en edades tempranas.

El proceso de enseñanza de una canción motriz se estructura en las siguientes fases:

1. Establecer un diálogo con la clase en torno al tema central de la canción, enfatizando los aspectos novedosos. 

2. Reforzar el vocabulario que se va a emplear y trabajar el Esquema Corporal. Lo ideal sería preguntar sobre la denominación y localización de los distintos segmentos corporales.

 3. Es el momento de enseñar la canción. Empezaremos por la letra. Seguidamente se introducirá la entonación y el ritmo de forma progresiva. 

4. Una vez aprendida la canción estamos en disposición de introducir la dramatización... La parte motriz.

Después solo queda darle un toque cómico, es importante que el docente esté desinhibido y que participe en los gestos. La canción motriz es, en sí, divertida. No lo podemos olvidar.


Tal vez, al llamarlas Canciones Motrices, mucha gente se quede extrañado y piense que es algo muy novedoso y elaborado, pero en realidad todos conocemos alguna y al largo de nuestra vida las hemos bailado en algún lugar. La más conocida para nosotras es la de Juan Pequeño baila, Soy una taza y Chuchuá. Con estas simple y conocidas canciones se puede trabajar la motricidad, siempre y cuando sepamos adaptarlo a las edades de los niños y que el profesor este desinhibido, como ya hemos comentado antes.

Por otro lado, encontramos los cuentos motores que, según Diego Alias Gallego, los cuentos son familiares y esenciales en la vida del niño. Los cuentos son el lenguaje de la infancia, el lenguaje que niños y niñas entienden mejor que ningún otro. Los cuentos proporcionan un mapa afectivo del mundo, tienen el poder de procurarnos un mejor entendimiento de las complejidades humanas e influyen de manera notable en nuestros sentimientos. El cuento refuerza la capacidad de imaginar creando lazos de afectividad entre emisor y receptor, que son pieza clave en la socialización del niño.

Cuando el niño está escuchando un cuento, los niños/as tienden a crerse la imagen de ser ellos/as los protagonistas de la historia. Esta condición de protagonistas en el cuento motor se multiplica, ya que el niño/a se le integra plenamente en lo que se está contando y se hace protagonista activo al ir representando lo que en él se cuenta.

Para Conde (2001), los objetivos que debe perseguir el cuento motor son:

1. Hacer al niño protagonista, desarrollando su conducta cognitiva, afectiva, social y motora.

2. Desarrollar los elementos psicomotores básicos (esquema corporal, lateralidad, estructuración espacial y temporal, y ritmo), las cualidades motrices coordinativas (coordinación y equilibrio), las habilidades básicas (desplazamientos, saltos, lanzamientos, recepciones y giros), y las habilidades genéricas (bote, conducciones, golpeos, etc.)

3. Desarrollar las capacidades físicas de manera indirecta

4. Sentar las bases preventivas e higiénicas de la salud a través del ejercicio físico desde las primeras edades y como un hábito de vida.

5. Desarrollar la capacidad creativa del niño haciéndole interpretar corporalmente lo que se está verbalizando, potenciando el desarrollo de su imaginación y construyendo sus capacidades cognitivas.

6. Globalizar la enseñanza de las áreas musical, plástica y dramatización y lengua, entre otras, partiendo del centro de interés: el cuento.

7. Descubrir el propio cuerpo como vehículo de comunicación.

8. Enfrentar al alumno a la toma de sus propias decisiones en cuanto a expresión y movimiento, tomando conciencia de su cuerpo y del espacio que le rodea.

9. Interdisciplinar otras áreas, principalmente Música, Plástica y Educación Física con el fin de globalizar la enseñanza.

Como conclusión, Diego Alias Gallego nos dice que El cuento motor representa una herramienta metodológica de enormes posibilidades que puede ser utilizada en cualquiera de las áreas del currículo de Educación Infantil y Primaria dado su carácter multidisciplinar, pero especialmente en las relacionadas con la expresión y representación. El área de Educación Física, de Educación Artística, o de Lengua en Primaria, o cualquiera de los ámbitos de experiencia de la Educación Infantil, pueden dar cabida a este recurso a través del cual se fomenta de manera extraordinaria la imaginación, la socialización y la motricidad del alumno.

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